El aprendizaje de la robótica y programación en niños y jóvenes tiene un impacto muy positivo en ellos derivado, no sólo del conocimiento técnico que les reporta, sino también del desarrollo de determinadas habilidades y capacidades que tendrán un gran beneficio en su desarrollo.
Cuando enseñamos robótica a un niño le estamos enseñando, por ejemplo, a pensar y razonar, a crear, a resolver problemas… ¿es esto válido sólo para robótica? Obviamente no. Esto será válido para cualquier materia y, aún más importante, para su vida en general.
El trabajo en una clase de robótica es un trabajo en equipo, se argumentan ideas, se debate, se toman decisiones. También se aprende a cometer errores y, en consecuencia, a tolerar la frustración. Se desarrollan habilidades colaborativas y también de liderazgo. Se fomenta el pensamiento lógico, el pensamiento crítico y el pensamiento computacional.
En estas clases los niños y jóvenes pueden dar rienda suelta a su creatividad y a su curiosidad, se trabaja para que no pierdan estas capacidades tan importantes. Y, al mismo tiempo, estamos despertando en ellos, de forma lúdica, el interés por la tecnología.
El aprendizaje de la robótica es, por tanto, una actividad enormemente completa y beneficiosa para niños y jóvenes, además de interesante, divertida y motivadora.